Como he comentado a propios y algunos extraños, desde el año pasado dos mil veintidós me puse en forma a redactar Calima, una saga de novelas que contiene no solo el producto de mi imaginación y fiebre literarias, sino que se basa en muchas de las anécdotas y leyendas que mis ancestros contaban en las reuniones y sobremesas, o recuerdos personales y de los todavía vivos, los cuales trato de reunir aquí con otra lógica.
La historia de mi familia es una que, por lo pronto para mí, me resulta fascinante no tanto o solo por las narraciones individuales o de grupo, sino porque implica todo un estudio de antropología familiar, de psicología familiar. Es más que abordar una prosapia, más que descubrir lazos genealógicos, linajes, heráldica, genética, significa con mucho adentrarme en la historia misma de mi país y aún más allá.
Comencé a interesarme en estos temas desde muy niño, pero no fue sino hasta mediados de la década de mil novecientos noventa que tomé la franca y determinante decisión de meterme de lleno a hacer algo más que armar un simple árbol genealógico.
Calima pasó de ser primero parte de un proyecto de maestría en Antropología Social, para convertirse en un reto personal que involucraba sacar adelante un amplio conjunto de proyectos literarios de cuentos, ensayos y novelas guardados en el cajón, y los cuales decidí ligar con parte de la historia familiar tomando como pretexto de anclaje y punto de partida mi autobiografía, la que quizás no sea memorable para alguien, pero para mí lo es y basta. Ello ha implicado un enorme esfuerzo de imaginación, organización de los materiales y apuntes para ir dando forma a una versión personalísima de mi prosapia.
Por supuesto se entiende que en el camino y en la medida de mis posibilidades he investigado en documentos, archivos diversos, he preguntado a ancestros, familiares, visitado museos, sitios varios, grabado sus leyendas y anécdotas, conjuntando todo, procurando dar una coherencia y congruencia que permita dar a conocer y entender a propios y extraños las razones por las que considero fascinante la biografía de mi familia. Me ha implicado descubrir, revelar o cuidar los secretos (que nunca faltan) para hacer la historia, incluso dentro de la ficción, una verosímil o incluso corroborable, aunque también respetando algunos misterios como recurso literario y en apego al derecho individual de quienes pudieren verse afectados en su susceptibilidad, dignidad o derecho. Algunas leyendas que tocan la historia de México o de España u otras localidades podrán ser contradichas, seguramente, pero tal como las registro conforman por lo pronto mi verdad familiar, sin que ella la valore como absoluta.
Junto con este blog y otros esfuerzos, esto es, creo, lo que pretendo como algo mejor que mi legado, el legado de un amplio grupo de personas que, aunque simples y comunes, han tenido o tuvieron la suerte o la inteligencia de incidir de un modo u otro, directa o indirectamente al menos como testigos, al desarrollo de una historia nacional, me atrevo a decir que incluso mundial como se verá en algunos pasajes o como he descrito y seguiré describiendo en este blog particular y otros asociados.
De Calima, a la fecha, tengo avanzado casi el dieciocho por ciento del primer libro de un total, según mi afán y proyecto, de cuarenta y cinco, más o menos. No sé si la vida me dará el tiempo suficiente para conformar la obra completa, pero estoy determinado a poner todo mi corazón, mi fe y memoria, mi amor en este proyecto y sus derivaciones, las que iré desatando en forma de libros autopublicados para distribuirse impresos, en formato electrónico, quizás audiolibros, tal vez por entregas en el blog dedicado y que ya vinculo en la columna izquierda de este blog.
En Calima, la fantasía y la ciencia ficción son recursos para enmascarar, disfrazar algunos aspectos y personajes de los que, o se me ha pedido discreción, o a falta de certeza en lo narrado he preferido diluir de manera metafórica para no ofender o faltar a la dignidad de los hechos o personas. Sé que, aún así, probablemente incurriré en infidencias por causas involuntarias y por necesidad del proyecto y las tramas, espero que ello no sea causa de volverme un proscrito, para empezar, en mi círculo familiar.
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